No es tanto lo físico lo que importa como lo emocional
En cama nos centramos en Elsa. Dieter participó lo justo para que ella lo viese acariciarme y viese cómo yo le correspondía. Después, se fue prudentemente, sin perder la sonrisa, alejándose del juego hasta transformarse en un observador activo que se recreaba con el placer de Elsa.