Quizá precises una persona diferente para sentirte a gusto en cada papel
Ana con una sonrisa cómplice, tomó con las plantas de sus pies desnudos el pene fláccido de Fred y comenzó a masajearlo. Fred se rio dejando hacer a Ana. El pene respondió de forma rápida a los masajes, a lo que Fred tomó los pies de Ana y asistió a guiarlos en la labor.